11 noviembre 2021

APARCAR

 



Mis felices tiempos de ciclista acabaron en urgencias, con una clavícula y varias costillas que tardaron más de un año en volver a ser medianamente sólidas.

Ahora, utilizo el coche, infinitamente más caro; la letra, el seguro, mantenimiento, consumo, impuestos, garaje y alguna multa para redondear, y además, contaminante.

La cosa no acaba aquí, ya que coger el coche si que es un deporte de riesgo:

Te santiguas a tu San Cristóbal y te enfrentas a una jungla de peatones despistados, pilotos de rally, repartidores a los que las luces de emergencia les permiten cortar calles, gente que no tiene prisa, ciclistas, semáforos, la entrada al cole, zumbados en patinete, el camión de la basura, vendedores ambulantes….

Y así, en 25 minutos llegas a tu trabajo, cuando caminando tardas 20, y aún tienes que aparcar!!

Han llenado las ciudades de aceras inmensas, de zonas verdes, convertidas en campos de minas de buena suerte de procedencia canina, hábitat natural de especies exóticas agresivas con los autóctonos, o mercados ilegales improvisados a las puertas de comercios tradicionales y PYMES.

Luego, han desaparecido los aparcamientos libres, transformados en zonas azules y verdes.

En las azules pagas si o si.

En las verdes, si eres vecino, ya has pagado, pero si no encuentras sitio, vuelves a pagar.

También tienes contenedores, zonas de minusválidos, zonas de motos, vados, prohibiciones varias, bolardos, obras... y cuando por fin divisas un hueco donde poder aparcar, el simpático de turno aparcó de tal manera que inutiliza ese espacio, al menos, si tienes intención de bajarte del coche después, o directamente, ocupó dos plazas.

Soy totalmente contrario a la grúa, porque soy muy quisquillosos a la hora de aparcar, e incapaz de dejar el coche mal estacionado o estorbando, ni siquiera un minuto.

Por eso, en vez de grúa, los ayuntamientos deberían contar con apisonadoras, que dejasen los vehículos mal estacionados con el mismo grosor de un folio.

Así ya no molesta.

Tampoco sería necesario agobiar al propietario con multas y recursos, y además, garantiza por completo que ese vehículo no volverá a impedir la libre circulación de los vecinos que si respetan las normas.

Se le cobra al infractor la tasa de recogida y reciclaje de residuos sólidos y listo.

Treinta minutos después, aparcas, a otros diez minutos andando de la oficina.

Balance, 65 minutos en coche, y cabreado equivalen a 20 minutos caminando.

La bici, deporte de riesgo? Será para las arcas municipales….

Cuando el clima lo permite, me voy andando, y con el tiempo que me sobra, me quedo de pie al lado de un coche, con móvil en la mano, a ver cuántos paran, bajan la ventanilla y me preguntan si me voy en el tiempo que me fumo el cigarro antes de entrar a fichar… es mi pequeña venganza!
























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