11 diciembre 2021

Carta de Navidad.

 


Querido Grinch, éste año he decidido escribirte a ti mi carta navideña.



Lo de Santa, no me ha dado buen resultado, debe ser por problemas de idioma, ya que es americano, afincado en Laponia según tengo entendido, y por más que le pido un reproductor de mp3, se empeña en regalarme calcetines, como si los dos cajones que tengo estuviesen llenos de agujeros.



He dejado de creer en reyes y reyezuelos, con carácter retroactivo, hasta Isabel y Fernando.

Sus faltas de competencias, y sus incompetencias han saturado dos de las tres neuronas que tengo activas, y han irritado un par de apéndices que tengo a los que sí considero nobles.

Ya hace un par de años que no contemplo los pregones navideños, ni dejo calcetines en la chimenea, así me evito encontrarlos vacíos, o en el mejor de los casos, como la mayoría de españoles de bien, con una bonita felicitación llena de buenas intenciones platónicas, e historias maravillosas, algo así como el folleto de la picadora que compré para mi prima.



Los malos jugáis con ventaja, pues se os perdona si hacéis uso del engaño y dado que no disponéis de moral, no sufrís de remordimientos.

La prensa os cubre y os rie las gracias, y como buenos ilusionistas, vuestro público aplaude con las orejas.

Nada es comparable al espectáculo de los trileros y su habilidad para vaciar el refajo del incauto.



Por eso he decidido pedirte a ti, y a los tuyos, mi deseo navideño:

Que el año que viene me guste el fútbol.



Así conseguiré poner en letargo dos de mis tres neuronas, y me importará todo un carajo.

La que queda, ya me la cambiarán por un microchip cuando me obliguen por ley a acudir, cita previa, al centro de salud.



Vamos todos, ¡¡¡a coro!!!

¡¡¡Feliz Navidad!!!


#aravasylesvotas










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