21 julio 2021

Valhala

 

Ninguna prisa tengo por que mis huesos descansen el el Valhala.
A pesar de que mis actos acrediten mi lugar cerca de Odín, cada día cuesta más encontrar digno rival para mi última lid.
No es ese mi pesar, ni razón de mi desconsuelo, sino la evidencia de que a mi alrededor, el coraje y el honor son cada vez más tenues y sea tal vez amiga, la daga que ponga fin a mi vida.
No tardan en asomar la envidia y el cuchicheo, cuando la espada de uno, destaca sin disimulo, como un silbido al viento.
Uno tras otro caemos, más cuando no quede uno, en el campo de batalla te encontrarás frente a frente, con el rival a batir, y nadie más tras de ti que una amable y aduladora tropa.
Frio será el sudor que te recuerde uno a uno quienes blandían espadas y quienes tocaban la flauta, más con el oso de frente, ya puede la melodía hacer dormir al de enfrente, o la gesta será breve y la digestión crujiente.
Ese recelo infundado hacia los más valientes, esa sospecha latente, les hiere profundamente, los aleja de su lado y los hace penitentes.
Cuando llame a la batalla, y se encuentre mi sargento, que a su voz y llamamiento, solo acuda la morralla, recuerde que en su momento, el brazo fuerte de haya, fue enviado a convento  por enseñar las agallas.
Suerte, salud y a por el oso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario