29 junio 2021

De Dioses y Reyes


 Desde tiempos inmemoriales, los Dioses han respetado una regla: No interferir en los asuntos de los hombres.

Para que no reine el caos, los pueblos han elegido a aquellos más señalados para gobernarles, mediar en asuntos terrenales y guiar a sus pueblos hacia un futuro próspero.
Semi-dioses terrenales electos, que fácilmente corrompen sus virtudes por cuestiones de poder, avaricia y ostentación.
Divinidades que ceden tierras y aguas como si les pertenecieran, que deciden quien vive y quién no ha de nacer, quién es desterrado y quién goza de su absolución.
Nuestros hijos les pertenecen y debemos educarles según sus depravaciones, quizá en lenguas extrañas, para venerar sus doctrinas.
Son dueños de nuestro tiempo, y de nuestra mente, infusa por los correveidiles de sus mensajeros.
No contentos con ello, somos conejos de indias en experimentos sociales y genéticos, sin derecho de opinión.
Juegan a mezclar razas, culturas y religiones, como quien prepara gintonics.
Olvidan que a pesar de sus lacayos, sus virtudes y su poder, siguen siendo mortales, pero, sobre todo, olvidan quién les otorgó su posición.
Más grave parece, que nosotros también lo hayamos olvidado.
Libertad no es elegir qué tirano te somete, libertad es la ausencia de tiranía.
El engaño de éste juego, es que teniendo el poder, siempre seremos vencidos mientras sigamos sumisos.
Quizás los hombres tampoco deban meterse en asuntos de Dioses.

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