17 noviembre 2023

Réquiem

 


No tengo ninguna duda respecto a los motivos que nos han traído hasta aquí.

Tampoco me queda esperanza de una solución democrática,  y mucho menos pacífica. 

En esta ocasión me temo que la razón perderá, ya que los ciudadanos de bien somos minoría y estamos totalmente solos.

Tenemos al mando del ejército a un jefe de estado sin competencias, capaz de irse a visitar museos en pleno desmantelamiento del orden constitucional. 

También a una policía que no actúa ante amenazas terroristas, pero carga contra civiles que se concentran en protesta del pisoteo de la democracia. 

Enviados por un gobierno corrupto, codicioso e inmoral, bajo el mando de un psicópata capaz de matar a la vaca antes que soltar la teta.

Contamos con un sistema electoral que anula la voluntad del electorado, otorgando el poder a una alianza amorfa de perdedores, y sin intención de enmendarlo.

Ni hay signos de inteligencia a la hora de votar, ni esto tiene importancia. Cuentan y reparten como les viene en gana.

La justicia se ha sometido al poder, vendida o doblegada a los intereses políticos. 

Nunca vi medios de comunicación tan serviles, ni tan manipulados, excepto en Corea del norte.

Infestados por lo más florido de cada país, somos el vertedero de una europa, solo preocupada por la agenda del nuevo orden mundial. 

La población, hastiada, expoliada y dependiente de la limosna, no tiene capacidad de decisión, ni voluntad, ni medios, ni coraje.

Y los cuatro que quedamos, somos incapaces de ponernos de acuerdo, ni para tomar café, como para plantearse plantarles cara.

Cuánto te voy a echar de menos, España. 

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